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Aviones con piel «inteligente»

Hay conceptos que de tan novedosos que son, parecen sacados de una novela fantástica, pero en realidad son mucho más sencillos de lo que podría parecer. Es el caso de la «piel inteligente» que han ideado en BAE Systems para cubrir la superficie de los aviones. Dicha «piel» estaría formada por una buena cantidad de minúsculos sensores que monitorizarían en todo momento la actividad dentro y fuera de la aeronave y controlarían las condiciones para evitar cualquier desastre de tipo técnico en la aeronave. De ese modo, al igual que la piel de un animal lanza señales constantemente al cerebro (frío, calor, dolor, picor, etc.), esta piel inteligente mediría condiciones como la velocidad, la temperatura o la presión a la que el avión se ve sometido de forma constante. Así, cualquier mínima anomalía podría detectarse al instante, antes de que se vuelva un problema demasiado grave. Y también de ese modo se reduciría en buena parte el número de comprobaciones que los operarios tienen que hacer siempre antes y después de un vuelo, con el objeto de garantizar la seguridad del vuelo.

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Esta piel en forma de micro sensores se aplicaría a la aeronave como si se tratase de una capa de pintura. Al informar de las anomalías o roturas, solo se realizarían de ese modo reparaciones y revisiones de los aviones cuando fuera estrictamente necesario.

De momento esta tecnología se encuentra en fase experimental, pero se trata de un concepto tan revolucionario que no sería de extrañar que en unos pocos años empezáramos a verlo aplicado en todos los nuevos aviones que se construyan en el futuro.

La investigadora responsable de este proyecto, Lydia Hyde, señala que la bombilla se encendió en su cabeza cuando estaba secándose el pelo en su casa. Pensó que si su secador de pelo utiliza un sensor para evitar que se sobrecaliente, esa misma lógica se podría aplicar a los aviones, así como a otros medios de transporte como coches o barcos. La idea es crear vehículos que sean capaces de «sentir» el entorno en el que se mueven, igual que hacen nuestros cuerpos a través de la piel.

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