El titular no puede ser más llamativo, pero tampoco está diciendo ninguna mentira. Lo cierto es que existe una tecnología en ciernes que es capaz de hacer sentir al tacto objetos virtuales que en realidad no existen, y todo ello gracias a ondas sonoras de alta frecuencia. Suena a locura pero puede ser el primer paso hacia la creación de hologramas que sean difíciles de distinguir de objetos y personales reales, y desde luego todo un paso hacia delante en lo que se refiere a la realidad virtual, que será cada vez más real y más creíble.
Los avances en la calidad de imagen y de sonido cada vez logran que nuestras experiencias audiovisuales sean más inmersivas, pero hay sentidos que aún no se lograban estimular con las tecnologías actuales. Si el https://www.futurisima.com/wp-content/uploads/2005/09/katrina.jpg que recientemente ha presentado la empresa Ultrahaptics tiene éxito, sin duda vamos a poder vivir sensaciones alucinantes en cuestión de pocos años.
De momento la tecnología en esta primera versión se ha presentado de una forma sencilla, para poder palpar siluetas sencillas y objetos pequeños. Esta sensación se produce por la proyección de ondas sonoras de alta frecuencia, que apuntan a la dirección en la que se encuentra nuestra mano. Para determinar dónde se encuentra ésta en cada momento se recurre al uso de la tecnología Leap Motion, bastante más precisa y además más económica que Kinect, para que os hagáis una idea.
Esta investigación está impulsada desde la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, con un equipo dirigido por el científico Ben Long, y sus resultados podrán verse en directo en la convención CES 2015 de Las Vegas, entre los días 6 y 9 de enero. Será a partir de entonces cuando podamos ver decenas de vídeos en Youtube con usuarios asombrados tras sentir que tocan objetos invisibles. Si los resultados de las investigaciones posteriores son satisfactorios, podremos dejar en muy poco tiempo a la altura del betún a los paneles táctiles de Minority Report que tanto llevan fascinando la imaginación de los espectadores desde que se pudo ver la película en las pantallas hace ya más de una década. Tiempo al tiempo.