Atención, aficionados a la astronomía. Si queréis tener en vuestras casas réplicas auténticas de satélites, asteroides y sondas, ahora tenéis una oportunidad inmejorable. La NASA acaba de hacer públicos varios planos cien por cien oficiales para imprimir en tres dimensiones estos objetos estelares, tal y como son en realidad. Y todo ello gracias a la información facilitada por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (o sea, la NASA).
Aquí tenéis el enlace para acceder y descargar los archivos que vais a necesitar para hacer vuestra propia impresión casera, siempre y cuando tengáis acceso a una impresora 3D (tampoco hace falta que sea un modelo excesivamente sofisticado, puesto que los archivos tampoco son de una gran complicación). Cada diseño es de pequeño tamaño, con una escala alrededor de los 10 cm, y el archivo en cuestión está en formato .STL.
Una vez que descarguemos los planos, procesemos los archivos en nuestro ordenador personal y procedamos a imprimir, si todo va como debería, tendremos en poco tiempo nuestros propios objetos espaciales decorativos. Pueden ser geniales no solo para presumir ante nuestros amigos o para deleitarnos observándolos, sino como juguetes para los niños o como medio educativo (siempre es más atractivo y didáctico tener un objeto entre las manos que verlo en una simple pantalla).
En total los planos permiten imprimir 21 objetos espaciales, entre los que se encuentran sondas como la conocida Mars Odyssey, así como asteroides (destaca entre ellos el modelo del Itokawa), así como valles lunares e incluso el observatorio espacial Kepler. Esta iniciativa de la NASA seguro que hace las delicias de más de un aficionado a la astronomía, y puede ser un recurso muy útil para los profesores de ciencias que puedan imprimir los planos.
Es de agradecer esta iniciativa de la NASA, que con un coste realmente mínimo, pone a disposición de todo aquel que quiera un material de lo más curioso, y que seguro que alimenta las ganas de conocer más sobre el espacio en más de un escolar. ¡Y de jugar a las naves espaciales en más de un niño grande, qué apostamos a que sí!
