Recientemente el Gobierno de Estados Unidos anunció una cuantiosa inversión de 263 millones de dólares para equipar de cámaras portátiles y entrenar en su uso a los agentes de policía. A veces los testimonios orales son contradictorios o no son suficientes para acreditar unos hechos ante un juez, o bien existen imágenes grabadas con un teléfono móvil que pueden estar fuera de contexto o falseadas. Por ello se ha tomado la decisión de equipar a 50.000 agentes con estas cámaras portátiles que estarán situadas en el uniforme y que almacenarán las imágenes en un pequeño disco duro, e incluso en algunos casos remitirlas de forma remota a servidores ocultos, para que no puedan ser manipuladas por ningún medio, todo ello además en tiempo real.
Los agentes policiales podrán así demostrar en cualquier caso lo que ocurrió en caso de intervenir en situaciones de emergencia, en las que suelen ocurrir hechos muy rápidos y confusos, y en las que a veces los testimonios de los afectados o las grabaciones que hacen con sus teléfonos móviles suelen afectar sobre todo a los propios agentes, a los que ahora también se les quiere dotar de un punto de vista propio. La reacción del Gobierno de Barack Obama también tiene que ver con los disturbios ocurridos recientemente en la localidad de Ferguson tras la muerte de un ciudadano por disparos de un agente de policía, y que ha acarreado violentas reacciones contra los funcionarios de seguridad.
No obstante esta medida parece insuficiente aún, ya que en los 50 estados de los Estados Unidos existen hasta 750.000 policías. Pero en cualquier caso parece una medida interesante para comprobar su funcionamiento en una primera fase y valorar su implantación progresiva en otros cuerpos de seguridad e incluso en otros países. Pero si la medida se muestra como exitosa seguramente no tardaremos en ver a agentes uniformados y equipados con mini cámaras de vigilancia. El futuro estará lleno de miles de ojos observándonos y grabándonos permanentemente, con la excusa de nuestra seguridad, lo que plantea otro tipo de debates sobre la ética de esta medida y lo que supone para nuestra privacidad. ¿Estamos dispuestos a todo con tal de sentirnos seguros?