El estudio de las redes neuronales puede tener aplicaciones asombrosas y no previstas a priori. Es el caso de una investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Sevilla y la también sevillana Universidad Pablo de Olavide, junto al chileno NT2 Labs-Nikola Tesla New Technology Labs, presentada en sociedad este mismo año, y que ofrece resultados asombrosos sobre la predicción de terremotos.
En este proyecto científico se utilizaron técnicas de «data mining» para descubrir patrones en series temporales de fenómenos sísmicos, y poder predecir con fiabilidad el momento en que estos volverán a producirse. Los porcentajes de acierto han resultado ser muy elevados, con tasas de hasta el 80% en algunos casos, lo que demuestra que existe cierto patrón estadístico en la frecuencia de los movimientos de la tierra. Según Francisco Martínez, del grupo de investigación de minería de datos de la UPO, el modelo puede predecir terremotos con alta fiabilidad, para una incertidumbre temporal de entre cinco y siete días y con un margen de error espacial del orden de unos 100 x 100 kilómetros cuadrados.
Las llamadas redes neuronales artificiales, utilizadas en este estudio en concreto, son un paradigma basado en el aprendizaje y el proceso automático que se basa en el funcionamiento de un cerebro animal. Las neuronas, interconectadas entre sí, colaboran para dar un resultado concreto de salida, en forma de estímulo. El estudio se basó en las zonas de Chile y de la Península Ibérica con mayor actividad sísmica y los datos se publicaron el año pasado en la revista Tectonophysics.
Lo que también resulta de especial interés es la aplicación de esta metodología para predecir otro tipo de catástrofes naturales, algo que se puede hacer, según los responsables del estudio, siempre que se den los datos necesarios. Ello podría ser de gran utilidad por ejemplo para predecir con mayor antelación la formación de tsunamis después de producirse terremotos en áreas costeras, ya que los actuales sistemas de detección, basados en sensores colocados en boyas en el mar, tan solo permiten detectarlos cuatro hora antes de que lleguen a tierra.
Este sistema de minería de datos también se está intentando aplicar para predecir tifones, aunque aún falta por comprobar si la metodología se puede extrapolar o si hay que realizar modificaciones.