Se trata de un viejo deseo de la investigación médica, que incluso con alguna variación se ha visto reflejado en alguna antigua película de ciencia ficción, como «Un viaje alucinante». Pero lo cierto es que en estos momentos ya contamos con la tecnología necesaria como para enviar al interior de nuestro organismo máquina microscópicas que puedan curar nuestras dolencias, actuando directamente en la zona donde tienen que hacerlo.
Un reciente estudio ha demostrado con ratas que es posible enviar con éxito pequeños robots para liberar cargas de medicamento dentro de sus organismos, y actuando de manera autónoma según las instrucciones que han recibido. En concreto la investigación la ha realizado la Universidad de California, y ha consistido en el https://www.futurisima.com/wp-content/uploads/2005/09/katrina.jpg de micro robots con motores de pequeñísimo tamaño, capaces de llevar el reducido dispositivo hasta el órgano del que se trate.
El tamaño de estos robots en miniatura es de 20 micrómetros de largo, lo cual les permite tener una mayor carga y poder propulsarse de forma autónoma sin necesitar baterías eléctricas, a diferencia de otras alternativas como los nanobots de ADN. En este caso los micro motores se activan cuando el revestimiento de zinc que llevan en su interior reacciona con los ácidos que tenemos en el estómago, provocando de ese modo burbujas de hidrógeno que los hace propulsarse. De esta forma los robots pueden viajar desde el interior del estómago, una vez que son ingeridos, hasta las paredes del mismo, donde sueltan la carga de medicamento que contienen. De momento se trata de una modesta distancia recorrida, pero a fin de cuentas es la primera vez que se prueba con éxito este tipo de tecnología en seres vivos, y sienta las bases para que no dentro de muchos años podamos ver como algo normal tomar medicinas que en el fondo son pequeñas máquinas que viajan por nuestro flujo sanguíneo.
Quizá no sea tan espectacular como cuando se vio en el cine a un equipo de científicos reducidos al tamaño de un átomo viajando en una especie de nave por el interior del cuerpo humano, pero el avance en sí ya es todo un viaje alucinante hacia el progreso.