El ébola está siendo sin duda uno de los temas más candentes del año informativamente hablando, sobre todo desde que la enfermedad ha dado el salto a los países del llamado Primer Mundo, aunque haya sido de momento en forma de casos esporádicos. En África, donde la gente lleva décadas muriendo por este mal, es donde más estragos hace por la falta de condiciones adecuadas para su tratamiento y para evitar su propagación, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una enfermedad altamente infecciosa. Es aquí donde la robótica puede echar una valiosa mano, evitando que muchos operarios se contagien de forma accidental.
En el caso de la auxiliar de enfermería que se contagió de ébola, Teresa Romero, los indicios apuntan a que se pudo contagiar después de pasar demasiado tiempo en la habitación donde estaban los fluidos corporales de uno de los misioneros fallecidos. Un robot por ejemplo podría encargarse en estos casos de limpiar e higienizar estas estancias sin necesidad de intervención humana directa, y también puede realizar el traslado de estos restos hasta las zonas de incineración.
Precisamente este mismo mes de noviembre tendrá lugar un encuentro internacional en el que varios expertos propondrán el uso de dispositivos robotizados desde este mismo momento, para minimizar la expansión del virus y mejorar la efectividad de la atención a los enfermos. Para ello, y con el objetivo de tardar lo menos posible, no se construirían nuevos robots específicos sino que se podrían aprovechar los robots que ya existen actualmente para uso sanitario, y que se podrían adaptar para llevar a cabo otras tareas relacionadas con el ébola.
Otro uso muy útil que se le podría dar a estos dispositivos robóticos es el de realizar entrevistas y tratamientos a distancia a través de la telemedicina, reduciendo así el número de veces que los médicos, enfermeros y auxiliares tienen que estar en contacto con los enfermos, siguiendo el procedimiento habitual. Como decimos, este tipo de innovaciones sobre todo beneficiaría a los países más pobres que suelen tener más dificultades para conseguir condiciones adecuadas de aislamiento para enfermos, sobre todo en los pueblos más aislados.
